Como si fuera en un cuento la elección del gato montés, cuyo nombre en guaraní es Tiríka, empezó mucho tiempo atrás. Tradicionalmente los eventos deportivos cuentan con un representante oficial o mascota, que por lo general llevan un mensaje de concientización sobre el cuidado de la naturaleza y la especie o región en particular con la cual se identifican. 

En este caso, además de ese mensaje, la personalización y caracterización de Tiríka como el atleta número 1, fue una de las bases del éxito alcanzado.
Sin embargo, para llegar al reconocimiento masivo, recorrió un largo camino previo al inicio de los Juegos que incluyó visitas a medios de comunicación, colegios, instituciones, públicas y privadas, además de visitar las principales ciudades del país con el recorrido del Fuego Suramericano.

Después de la pandemia, la vida en la ciudad transcurría casi gris y sin sobresaltos, hasta que, de la mano de los XII Juegos Suramericanos Asunción 2022 llegó Tiríka y la gente de todas las ciudades de ese país, volvió a ser feliz.

Es fácil explicar por qué tiene tanto éxito Tiríka. Pero el fenómeno no deja de llamar poderosamente la atención. En un mundo donde los antivalores tienen más visibilidad que los valores, la aparición de este personaje no podía pasar desapercibida.

Divertida, multifacética, deportista, Tiríka representa todo lo que está bien. Por eso, ganó el corazón de los niños y las niñas, pero lo más sorprendente es como se volvió querida por jóvenes y adultos.

La cuenta oficial de Tiríka en Instagram fue creada la primera semana de los juegos, en pocos días llegó a 100.000 seguidores, autodenominados Tiríka Lovers, que interactúan a diario con el personaje, mientras que la fabricación del peluche está a toda máquina y permanentemente el stock debe ser renovado en las tiendas oficiales y se vuelven a agotar ni bien llegan.

Es bueno recordar que ha sido un trabajo arduo el posicionar a Tiríka y lo primero fue darle un relato cercano y posicionándose como el atleta número 1, dando a conocer deportes poco conocidos al público, pero también la energía y amistad que trae consigo la práctica deportiva.

Lo más resaltante es que Tiríka ya contaba con un reconocimiento en el plano nacional, pero estábamos expectantes cómo sería la reacción en el extranjero y siguiendo el concepto de atleta número 1, Tiríka se ha destacado practicando todos los deportes, incluso algunos tan complejos para él como ecuestre, esquí acuático o remo.

El éxito del símbolo llevó a la Organización Deportiva Panamericana (Panam Sports) a destacarlo como “la mejor mascota de la historia” y los entendidos en estas figuras recuerdan a otros íconos inolvidables como la fruta Naranjito en el Mundial de fútbol España 1982 o el gallo Footix en Francia 1998.

Y no podemos dejar de mencionar el valor incalculable de su atracción para con los niños, dejando un legado de inspiración en ellos, sobre todo en lo que al amor al deporte como medio de vida saludable y transformador de sociedades se refiere.  

Tiríka representa eso y mucho más, apareció como una estrella fugaz, brillando como nunca en sus apariciones: patinando con gracia, bailando con todo el ritmo, haciendo un triple de mediacancha, pateando penales, entre otras actividades en las que demostró ser el “Atleta Número 1 de los Juegos ASU2022”, además de su carisma y destreza, por lo que se llevó una medalla de oro que fue tan aclamada por el público; sin embargo, su premio más grande fue llevarse el cariño, el amor, los aplausos y las sonrisas de la gente. Ahora, tras finalizar su labor, el gato montés debe volver a su hábitat natural, el chaco paraguayo que lo vio nacer.

El Fuego Suramericano se ha apagado y todo apunta a que la mascota seguirá viva en el imaginario colectivo del subcontinente y será la estrella en la Navidad que se avecina. La posta la tomará el turbante árabe La’eeb en el próximo Mundial de fútbol Qatar 2022 y el pájaro sietecolores Fiu en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023.

Por éste y muchos otros motivos te decimos: ¡¡¡Gracias,  Tiríka!!!  Que tu despedida no sea un adiós sino un “¡Hasta pronto!”.