La lucha olímpica es un deporte de combate donde cada atleta busca derrotar al rival usando llaves y técnicas de protección.  Los atletas disputan en una colchoneta circular de nueve metros de diámetro, con dos periodos que duran tres minutos y descansos de 30 segundos.  

Para alcanzar la victoria, el luchador tiene que mantener los dos hombros de su oponente en la colchoneta durante un segundo, después de lo cual el combate termina. Esto se llama caída o pin.
 
Si durante el tiempo de combate ninguno de los luchadores logra derribar al otro, la decisión se basa en los puntos otorgados al lograr poner a su oponente en desventaja.
En la lucha grecorromana, el combate también puede terminar cuando hay una diferencia de ocho puntos. En lucha libre, de diez.
 
La esencia de ambos estilos es la misma: sin equipo y sin agarrar la ropa, dos atletas intentan presionar ambos hombros de su oponente sobre la colchoneta. Los luchadores grecorromanos usan solo la parte superior del cuerpo y los brazos, mientras que los luchadores de estilo libre pueden usar cualquier parte de su cuerpo.
 
Dependiendo de la actuación del luchador, se le puede otorgar uno, dos, cuatro o cinco puntos, por ejemplo: Por mover al oponente fuera del círculo de competición de 9 metros; se le otorga al luchador un punto. Se lleva dos puntos si logra derribar o hacer que su oponente toque la colchoneta con la espalda; cuatro puntos por derribar a un rival mientras está de pie; y cinco puntos por derribarle con un lanzamiento de gran amplitud.
 
Los combates son extremadamente competitivos incluso en los últimos segundos, ya que los deportistas suelen lanzar ataques y proyecciones espectaculares.