Es una disciplina deportiva del modelo de combate que enfrenta a dos personas quienes, con arma blanca, algunas veces con las características de un florete, sable o espada, tienen como objetivo tocar al adversario con este accesorio y evitar que el rival, de igual forma, haga lo mismo.

Los atletas utilizan toda su capacidad para atacar, esgrimir, manipular una espada protegiéndose de cualquier acción ofensiva o agresiones del rival en competencia.

Se practica en una pista de 2 metros de ancho y 14 metros de largo. En las competencias se usan tres tipos diferentes de espadas: florete, espada y sable. Cuando se juega con florete, los puntos se ganan al tocar al oponente con la punta del arma y solo se puede atacar la zona del torso.

La espada es más pesada que el florete y cuando se realiza el combate con esta arma el objetivo es tocar en cualquier parte del cuerpo del oponente, además admite golpes simultáneos entre ambos esgrimistas. Solamente debe tenerse en cuenta que estos contactos deben realizarse con la punta de la espada y no con los lados de la hoja.

En el caso del sable, se puede hacer contacto en cualquier parte del cuerpo por encima de la cintura excepto las manos. Se puede hacer contacto con la punta del sable y también con los bordes y, a diferencia del florete, los toques no válidos no generan que se detenga la acción.

El atractivo de la esgrima reside en el intercambio táctico entre dos atletas con movimientos precisos y duelos que cambian rápidamente. El espléndido manejo de las espadas a corta distancia por parte de los deportistas es un momento emocionante de cualquier combate. Los combates dinámicos de los esgrimistas, iluminados con un foco mientras están rodeados por una atmósfera oscura, llenan el lugar de acción y de una deportiva intensidad.